La Empresa Familiar: Doce Claves para el Éxito (6 de 13) Clave 5ª: “Establecer reglas para la incorporación de los hijos e hijas que garanticen su adecuada formación, actitud y competencia”

Tal y como vimos en el primer artículo de esta serie de trece entregas hay doce claves para el éxito de las empresas familiares, siendo la quinta de ellas: “Establecer reglas para la incorporación de los hijos e hijas que garanticen su adecuada formación, actitud y competencia”, que es la que presentamos a continuación.

Esta clave y las once restantes se desarrollan ampliamente en nuestra obra La Empresa Familiar: Doce Claves para el Éxito, tanto en su versión audiovisual como en la versión escrita (libro), que podrá encontrar a través de nuestra web naruconsultora.com.

Hay hijos que nunca han pensado otra cosa que incorporarse a trabajar en la empresa de la familia, otros, por el contrario, es lo último que desearían hacer. Existen padres y madres que no desean que sus hijos entren a trabajar en el negocio, algunos llegan incluso al límite de no facilitar económica o profesionalmente la vida a sus hijos e hijas porque no quieren privarlos de la oportunidad de luchar y curtirse. En cambio, otros consideran alta traición que sus hijos no deseen trabajar en la empresa. Entre estos extremos hay muchas situaciones intermedias.

¿DEBE INCORPORARSE LA JOVEN GENERACIÓN?

Muchas empresas familiares fallan a la hora de incorporar a la joven generación. Las generaciones al cargo tienen que reflexionar con antelación suficiente si es o no adecuado para la empresa que la joven generación se incorpore. También deben considerar si la empresa realmente presenta oportunidades para que esta se labre un futuro. En algunos casos, el negocio es tan pequeño y tiene una economía tan débil que no compensa tratar de darle continuidad familiar o realmente no hay futuro en él para los hijos e hijas. En el caso de entender que la joven generación puede optar por entrar en la empresa y que esta pueda ser una oportunidad para ella, la generación al cargo debe hacerle atractiva la empresa y a la vez crear las condiciones para la adecuada incorporación de la misma.

Las condiciones de incorporación pueden ser más o menos exigentes según el caso en cuestión. Se suelen poner condiciones más exigentes cuando la empresa es de por sí atractiva o ya trabajan muchos miembros de la familia en ella. Aunque hay empresas en las que trabajan 50 personas, 15 de ellas miembros de la familia, que funcionan y la dinámica familiar es aceptable, no suele ser una buena idea que haya tantos familiares trabajando en un negocio de esas dimensiones. Las condiciones suelen ser menos estrictas, por ejemplo, en el paso de la primera a la segunda generación cuando la empresa no ha adquirido gran dimensión.

Lo que no es aceptable es que la joven generación entre en la empresa sin que se haya reflexionado adecuadamente sobre su entrada. Tampoco lo es que los hermanos y hermanas a cargo del negocio no pongan en claro la incorporación de los sucesores y mantengan una batalla encubierta en la que traten de beneficiar y defender los intereses de los propios hijos e hijas. La generación al cargo tiene que dialogar abiertamente la problemática que plantea la incorporación de la nueva generación y establecer una reglas para su incorporación que garanticen su adecuada formación, actitud y competencia.

Esta clave se desarrolla en el quinto capítulo de nuestra obra La Empresa Familiar: Doce Claves para el Éxito, tanto en su versión audiovisual como en la escrita (libro). Ambas versiones están unificadas y se complementan, capítulo a capítulo, como base para el diálogo y la comunicación de las familias empresarias. Podrá encontrar ambas versiones a través de nuestra web naruconsultora.com.

El viernes de la próxima semana publicaremos el séptimo artículo de esta serie que desarrolla la sexta clave que es: “Poner las condiciones para que la joven generación tenga éxito profesional”.